No es nada nuevo que ahora mismo estamos en un momento muy complicado, ya que la imprevista caída de la actividad económica que está provocando el coronavirus, perjudicará a muchas empresas (sobre todo Pymes) y a la economía en general.
Sabiendo que la salud es ahora lo prioritario, podemos ir pensando en medidas que podemos tomar y que puedan ayudar a nuestra empresa a sobrevivir, e incluso en algún sector, que puedan salir reforzadas.
Conocer bien la situación actual de nuestros clientes
Uno de los primeros pasos es hablar con nuestros clientes. Conocer de primera mano qué cálculos están barajando para retomar su actividad, cómo les está afectando esta situación (que depende mucho del sector), cómo se encuentran a nivel de tesorería, qué planes piensan poner en marcha. La recuperación es responsabilidad de todos, y ellos pueden guiarte sobre cuál sería tú mejor manera de actuar.
Gestión de la liquidez
También es importante tener un presupuesto de tesorería actualizado, para saber qué cobros y pagos vamos a tener durante los próximos meses y así ver cómo poder hacer frente a ellos y evitar problemas de liquidez.
En relación con la gestión de la liquidez y la tesorería, podemos solicitar ampliación de pólizas de crédito bancario y financiación a largo plazo, pero también podemos renegociar comisiones que nos está aplicando el banco, sobre todo comisiones que afecten al descubierto, por si llegada la ocasión, se produjeran. Las líneas ICO de préstamos a emprendedores son muy recomendables por su tasa de interés.
En cuanto a los pagos, podemos pedir aplazamientos a suministradores de servicios (agua, gas, etc.) y el Gobierno está ofreciendo un aplazamiento gratuito de los impuestos del primer trimestre durante 3 meses sin intereses. Hay que seguir atento a las nuevas medidas y ayudas financieras directas a Pymes y autónomos que vaya implantando el Gobierno, sobre todo aquellas que no conlleven pago de intereses.
Respecto a los proveedores, podemos solicitarles un aplazamiento y renegociación de los plazos de pago, con aquellos proveedores con los que sabemos que vamos a mantener el servicio más adelante.
Análisis de los costes
Reducción de costes
Si en nuestra empresa hemos visto cómo se ha reducido drásticamente la facturación, podríamos aplicar técnicas de reducción de costes, temporales o definitivas, que deberían estar siempre enfocadas a aquellas actividades que no generen valor desde el punto de vista de los clientes, es decir, que el cliente no note que se le está perjudicado con las nuevas medidas que tomemos, pues la consecuencia puede ser peor: que empeore nuestra imagen, lo que nos llevaría a una reducción de las ventas a medio/largo plazo.
Renegociar precios
En mitad de una recesión o crisis es cuando podemos pararnos a analizar la base y los costes de la empresa. Intentemos en este punto analizar los datos con una perspectiva a largo plazo:
Quizá podemos encontrar oportunidades de renegociar precios con proveedores (por ejemplo obteniendo una rebaja a cambio de un compromiso de compra anual).
Reconstruir productos y servicios
Otra técnica que funciona bastante bien es reconstruir el producto en base al precio deseado. Es decir, partimos de un precio de venta deseado (que encaje con el valor al que está dispuesto a pagar el mercado). De este precio de venta, restamos el margen de beneficio que queremos obtener, y así podemos calcular el coste unitario máximo al que nos debemos ajustar. A partir de aquí, rediseñamos todas las etapas y el proceso de trabajo, para ver si es posible ajustar los costes sin superar esa barrera que nos hemos marcado.
Respecto a las actividades o etapas de trabajo que resultan necesarias para producir nuestros productos o servicios, si conocemos el coste de cada una de ellas, podemos diferenciar las actividades que generan valor y que el cliente está dispuesto a pagarnos por ellas a un coste razonable; y por otro lado, las tareas que no generan ningún valor para el cliente. En estas últimas es donde podemos analizar si es imprescindible continuar o si podemos dejar de hacerla.
Revisar presupuestos desde cero
Analicemos todos los costes partiendo de cero, no dando por bueno ninguno de los costes que existan hasta el momento. Cuanto más tiempo y recorrido acumula la empresa, más costes -sobre todo suscripciones, servicios, seguros- asumimos como válidos sin nadie que se pare a pensar en si realmente se puede prescindir de ello. Por lo que es un buen momento para revisar todos los costes desde cero.
Externalizar procesos
Hay procesos dentro de la empresa que ni son estratégicos ni la empresa tiene que ser competitiva en ellos. Si estos procesos pueden hacerlos desde fuera de manera más eficiente, conviene que valoremos la subcontratación, siempre asegurando con la empresa subcontratada, que los precios y el nivel de calidad que ofrece, se van a mantener en el tiempo.
Analizar líneas de actividad por separado
Eliminar segmentos de productos, departamentos, filiales, etc. que pueden estar afectando negativamente al conjunto de la empresa. Para calcularlo podemos valorar una cuenta de resultados teniendo en cuenta este segmento o actividad y compararlo con cómo sería una cuenta de resultados sin esta línea de actividad. El resultado puede orientarnos, pero hay que mantener la perspectiva del largo plazo, ¿existen posibilidades de mejorarlo en el futuro o realmente es mejor anular la actividad?
Optimizar la cuenta de resultados
Reducir el catálogo de productos, o reducir costes de compras con contratos a largo plazo pueden ayudarnos a optimizar los resultados. También intentemos pasar costes fijos a costes variables, que dependan del nivel de actividad de la empresa.
En cuanto a los costes fiscales, como hemos comentado, hay que estar atentos a revisar ayudas y desgravaciones fiscales a las que podamos acogernos.
Aprovechar oportunidades
En la otra cara de la moneda, hay empresas que por su sector se están viendo favorecidas por esta crisis, sobre todo sectores como la alimentación, las ventas online, etc. Si es tu caso y en tu empresa tienes un exceso de liquidez, que sabes que no vas a necesitar durante este año, es un buen momento para realizar inversiones en empresas sólidas y de sectores con futuro, que por causa de la inestabilidad actual, han bajado su cotización bursátil más allá de lo que deberían.
Y si no eres partidario de invertir, sería bueno aprovechar estos para comprar productos o servicios que se necesitarán seguro más adelante y que por la misma situación actual, pueden haber bajado de precio.
Aprovechemos este momento para potenciar el canal online dentro de la empresa.
Dada la situación actual, lo más importante es mantener la cabeza fría, revisemos las bases del negocio, busquemos oportunidades de mejora o formas de sortear la crisis. Aprovechemos para seguir creando valor económico y social.
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