Primero de todo déjame que te cuente una cosa sobre las finanzas, ese tema tan escabroso que suele ser el que dejamos más de lado todos los emprendedores: Un buen control de las finanzas no va a hacer que tu empresa despegue, pero una mala gestión de tus finanzas sí que va a hundir tu negocio.
Es cierto que como emprendedor es mucho más emocionante dedicarse al desarrollo del producto, a crear comunidad, planificar acciones de marketing… en definitiva a hacer lo que mejor se te da. Pero no hay que olvidar que ahora tienes una EMPRESA y su supervivencia depende de ti y de tu capacidad para gestionar el dinero entrante y saliente: el debe y el haber.
Si -todavía- no eres muy experto en el tema, te aconsejo que lleves desde el principio estos tres pasos al día, con el paso del tiempo verás como integras todos estos pasos de manera natural, por propia necesidad:
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Llevar un registro diario de ingresos y gastos
Desde el primer momento en el que tu proyecto pase a ser un negocio oficial, debes tener registrado aunque sea en un sencillo Excel, todo el dinero que entra y sale. Y no nos engañemos… sobre todo al principio es mucho más lo que sale que lo que entra!
Aquí hago un inciso para recordarte que siempre que sea posible (si te vas a dedicar al desarrollo de un producto caro o muy novedoso quizá no te quede otro remedio) intenta no depender de terceros para financiarte al principio: cuanto más gastas más te va a costar recuperarlo, es mejor que te hagas un plan de retorno de la inversión un poco más largo en el tiempo, a que te pilles los dedos con una inversión que no vas a poder recuperar a corto plazo y te ahogues en los plazos de devolución.
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Identificar los costes
Como gestor de tu propio negocio debes saber exactamente en qué se escapa el dinero: alquiler, desarrollo de producto, redes sociales, marketing… Calcula los costes por áreas y el porcentaje que representan sobre el volumen total del negocio, para que veas en qué estás invirtiendo más dinero.
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Controlar el flujo de caja o cash flow
Este apartado es uno de los más importantes, tiene que ver con la liquidez de tu negocio. El dinero que tienes ahora en el banco ya no es exactamente tuyo: seguro que tienes facturas pendientes de pago; los impuestos trimestrales ya se están devengado, y si tienes personal contratado, su paga extra también está prorrateando… son ejemplos para que compruebes si estás organizando tu tesorería con antelación, así siempre podrás consultar de cuánto dinero real puedes disponer cada mes.
El objetivo a medio plazo -y sin agobios- es que consigas convertir la planificación financiera en uno de tus pilares básicos de trabajo, tal como harías con la publicación en RRSS o el calendario de producción de un producto.
Sino estás corriendo el riesgo de que, aunque tu negocio vaya funcionando y tengas un volúmen ascendente de facturación, en un momento dado se junten varios pagos que por un problema puntual de liquidez no puedas cubrir y tengas un flujo de caja negativo, es decir, que no puedas atender a los pagos. Recuerda que si no dispones de financiación ajena no puedes gastar más de lo que ingresas.
En este blog te iré contando los pasos a seguir para hacértelo más fácil y que poco a poco vayas aprendiendo más cosas sobre gestión financiera. Si tienes alguna duda me puedes dejar un comentario abajo!