En la fase inicial de todo emprendedor, aparece el handicap de la financiación: ¿cuánto dinero voy a necesitar? ¿Cómo lo consigo?¿Qué alternativas existen?
Recursos económicos limitados
La mayoría de empresas disponen de recursos limitados y escasos, por lo que al principio todo lo intentan gestionar los propios socios.
Bajo mi experiencia y punto de vista, esta estrategia podemos sostenerla durante unos pocos meses, pero a corto/medio plazo, soy partidaria de delegar todas las tareas que no dominemos y que además nos hacen perder productividad en nuestro día a día. Además de la eficiencia, es un tema de calidad: un profesional siempre hará mejor el trabajo para el cual está formado, que si nosotros intentamos hacerlo por nuestra cuenta.
Pero al mismo tiempo, entiendo que los inicios son complicados y para aumentar la eficiencia de los recursos, nos enfocamos en invertir en marketing y acciones de venta, a la vez que intentamos ahorrar recursos en otras áreas del negocio. Llevar la contabilidad y finanzas de la empresa es una de las grandes complicaciones que tenemos.
¿Por qué abandonamos el control financiero de nuestra empresa?
En primer lugar porque existe el mito de que los números son difíciles, y nos predisponemos de antemano a que esta tarea es aburrida y complicada. Aunque sabemos que uno de los pasos principales dentro de las finanzas para emprendedores es llevar un control de las entradas y salidas de caja, de la facturación mensual, de los costes, etc. esta predisposición hace que nos impliquemos lo justo y sin muchas ganas, prestando poca atención a las finanzas corporativas y simplificando al máximo el trabajo. Este error nos lleva a entrar en el bucle de no saber exactamente cuánto ganamos, cuántas horas dedicamos a cada proyecto, cuánto tenemos que facturar para que la empresa sea viable…. vamos tirando pero cada vez nos cuesta más parar a medir y evaluar.
El desorden no solo es el gran enemigo de las finanzas. En todas las áreas de una empresa es importante dedicar tiempo (y recursos) a gestionarlo adecuadamente. Pero la realidad diaria que me encuentro, es que los gerentes y administradores se dejan llevar por las actividades que les resultan “más agradables”, por ejemplo, las marcas de ropa tienen muy claro que con cada colección, deben hacer un esfuerzo de comunicación y marketing para dar a conocer el nuevo lanzamiento. Para ello (en caso de no tener recursos para contratar una agencia de comunicación) buscan información en blogs, libros etc. Y se desarrolla una estrategia de comunicación, más o menos profesional y efectiva, pero al menos se le da la importancia que tiene.
Otro ejemplo son las redes sociales. Todas las Pymes invierten dinero y tiempo para dar visibilidad al negocio. En cambio, con las finanzas y la contabilidad básica esto no ocurre y siempre quedan en segundo plano.
Problemas y consecuencias
El bajo control y el desorden, acostumbran a generar ciertos problemas, los más comunes dentro de la contabilidad financiera que me encuentro son:
Excesiva inversión en activos fijos: hay empresarios que se obsesionan con adquirir equipos y máquinas de alta tecnología, por encima de las necesidades de la empresa y de su capacidad de inversión, sin saber exactamente qué quieren conseguir.
Tensiones en la tesorería: no basta con tener un buen producto, con un margen aceptable de rentabilidad. Tenemos que llevar un control de la tesorería, calcular cuánto tiempo de plazo damos al cliente para que nos pague y cuánto nos da el proveedor para hacer frente a los pagos. Sino podemos tener problemas para atender a los pagos diarios, aun cuando la empresa sí que funcione bien.
Mala gestión financiera: si no tenemos un buen plan financiero, nos podemos ver obligados a pedir préstamos a corto plazo para pagar inversiones a largo plazo o para adquirir materias primas para fabricar el producto.. Esto suele terminar mal para la empresa. Es importante tener en cuenta la capacidad real de venta, no pecar de optimista –ni de muy pesimista- e ir ampliando la capacidad de la empresa con la reinversión del beneficio que vamos generando.
Error en el cálculo del punto de equilibrio: tener muy poco margen de contribución (el dinero que nos queda una vez descontamos al precio de venta, el coste variable de producir el servicio) o tener elevados costes fijos que cuestan de alcanzar, hace que la empresa tenga que vender mucho más para llegar a cubrir todos los costes. Un nivel de ventas que a lo mejor, está por encima de su capacidad realista de facturación.
En el siguiente artículo hablaremos sobre los pasos necesarios para llevar un buen orden en las finanzas.
¿También eres de los que dejas la gestión financiera para el final?
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