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¿Contratar o no contratar? Este es el eterno dilema de los emprendedores y las pequeñas empresas, porque ampliar el equipo supone un compromiso con otra persona y un coste fijo añadido  para el negocio. Cuando uno se lo plantea es normal que aparezcan todo tipo de dudas. Pero es cierto que la mayoría de empresas evolucionan hasta llegar al punto en el que el hecho de contratar puede ser la clave para que la empresa siga creciendo, y el no hacerlo, la decisión que detenga el buen funcionamiento del negocio. ¿Por qué?

En la fase inicial del negocio, los fundadores ponen en marcha la empresa solos o con el mínimo personal necesario, para evitar tener más coste fijo del imprescindible y para no ahogarse con la tesorería disponible. Pero eso conlleva que, como directores de la empresa, se terminen asumiendo muchas tareas: desde las específicas del propio negocio a otras más diversas como la atención al cliente, la administración (preparar presupuestos, gestionar facturas, controlar los cobros, redactar contratos, llevar la contabilidad…), el marketing, etc. Al principio es factible, porque tenemos pocos clientes, pero a medida que la cartera aumenta, también se incrementa el volumen de las otras tareas y llega un momento en el que es imposible gestionarlo todo.

Ante esta situación pueden pasar varias cosas: o bien, debido al exceso de tareas, no hacemos bien nuestro trabajo y por lo tanto se resiente nuestro servicio/producto o la atención del cliente, o bien, como no llegamos a cumplir plazos de entrega tenemos que rechazar nuevos proyectos que nos llegan y por lo tanto hacemos que potenciales clientes se dirijan a nuestra competencia. Además es probable que nos terminemos quemando por el exceso de horas trabajadas y la sensación de no llegar a todo. Lo peor que te puede pasar con tu negocio. ¿No crees?

Formar equipo no es fácil ni barato, es una inversión que haces en tu negocio, que te va a proporcionar recursos (tanto en tiempo como en talento), y que es el único camino disponible para escalar una empresa. 

Llegados a este punto, es bueno pararse a analizar la situación y valorar la posibilidad de contratar a una nueva persona en el equipo. Piensa, ¿Qué quieres para tu negocio? Crecer, o sólo dedicarte un tipo de cliente, asumir más proyectos, mantenerte en el auto empleo, subir de nivel y explorar más mercados, internacionalizarte… Y ya sabes, yo no soy de tomar decisiones sin valorarlo detenidamente. Lo primero que tienes que hacer es analizar tus finanzas, ver la capacidad que tienes de contratar. ¿Qué cosas tienes que valorar?

Beneficios netos

Beneficio neto (tanto del ejercicio anterior como el acumulado del año en curso) que estás teniendo para ver si con el nivel de ventas actual puedes asumir un coste fijo más. Si cada vez tienes más clientes y has gestionado correctamente tus finanzas, lo normal es que los beneficios estén aumentando en la empresa y por lo tanto tengas margen suficiente para poder contratar.

Si por el contrario detectas que aunque aumenta el volumen de trabajo, el resultado final no es para tirar cohetes, puede que haya algo que no estés calculando correctamente y lo primero que tienes que hacer es poner orden a las cuentas de la empresa. Es posible que estés cobrando poco por tus servicios/productos en relación a las horas dedicadas o al coste de producción del producto, o quizá es que tienes más gastos de los que te puedes permitir.

Objetivos de ventas-plan de viabilidad.

Si al iniciar tu negocio, hiciste el plan de viabilidad tienes controladas las previsiones de ventas que necesitas para llegar al punto de equilibro, para cubrir los costes y para empezar a obtener beneficios. Y si has ido adaptando el plan inicial de viabilidad a la evolución real de tu negocio, controlas la información, sabes si estás cumpliendo tus objetivos de ventas, o si los estás superando, sabes la línea de servicios/productos que funcionan mejor, los meses en los que se registran mejores resultados, etc. entonces puedes ver rápidamente cómo afectaría a la viabilidad de la empresa incorporar un salario más. Es importante este análisis, ya que al incorporar el gasto de la nueva contratación en las finanzas, tendrás que readaptar el plan de viabilidad y marcarte nuevas previsiones de venta para poder cumplir con el nuevo escenario de costes.

Este es el principal trabajo que hago para mis clientes cuando se plantean contratar. Rehacer el plan de viabilidad y reajustar los objetivos de ventas para que los ingresos y los costes cuadren.

Valorar el tipo de contrato

Uno de los errores principales en los que más se suele caer cuando pensamos en contratar a alguien, es en imaginarse de entrada un contrato de 8 horas. No es necesario. Se puede empezar poco a poco, con un contrato por horas, una forma de valorar que el nuevo empleado funciona, saca trabajo y por lo tanto es rentable para la empresa, le genera beneficio. Y si cada vez hay más trabajo, siempre se está a tiempo de ampliar las horas. De esta forma, los costes del contrato se pueden adaptar a la disponibilidad económica que tiene tu negocio.

Analiza qué perfiles necesitas aportar a la empresa. Es cierto que contratar dos personas a media jornada sale entre un 10-12% más caro que contratar solo una persona a jornada completa, pero valora lo que va a ayudarte a delegar tu trabajo para poder enfocarte al objetivo que te has marcado.

Financiación con aportación de capital 

Hay casos (sobre todo en empresas de servicios) donde se ve muy claro que uno de los directores hace cuello de botella en la producción y esto hace que no se puedan asumir o cerrar nuevos proyectos por la limitación de horas. Aunque es una opción más arriesgada, si conocemos bien la empresa, sabemos que tiene una demanda estable, incluso que tiene lista de espera, entonces podríamos contratar un nuevo empleado aunque el margen no sea suficiente en el análisis previo. El cálculo es inverso: estimamos cuánto podríamos facturar con la ayuda del nuevo trabajador, y a partir de aquí vemos si lo financiamos con aportación nuestra, con reservas de la empresa, o asumimos que quizá podemos rebajar nuestro sueldo durante un par de meses mientras dura la curva de aprendizaje y el empleado puede empezar a ser realmente rentable.

 

Estos son los aspectos principales que tienes que valorar a la hora de contratar, y si tienes dudas, no sabes si tu empresa se puede permitir emplear a una nueva persona, contacta conmigo y juntos analizaremos los datos para encontrar la mejor solución.

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